FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 184: TEOLOGÍA Y ATEÍSMO.
Por José Pablo Noriega de Lomas
La Teología Natural registra aporías entre
algunas realidades del mundo y la existencia de Dios. Así, entre la Libertad y
la Omnisciencia divina; o entre la existencia de mal, y la Bondad y
Omnipotencia de Dios. La Teología Racional las salva acudiendo a la Idea de
Misterio.
No obstante, parece que antes de dar el salto a
la categoría de Misterio, se puede postular que las mismas aporías piden la
existencia del Entendimiento divino como razón superior capaz de racionalizar
totalmente lo real, en una superación de la razón natural. Y, posteriormente,
puede seguirse con la comprensión de que ello acontece como misterio para la
razón finita.
Igualmente, para el problema de las aporías, se
puede oponer la fe, la voluntad de creer, la precomprensión; las cuales, a
pesar de las contradicciones aparentes, llevan a la creencia.
Lo que, desde luego, no vale es ver las aporías
como insolubles, y buscar el ateísmo como alternativa. No vale porque deja el
orden del discurso peor, tal como ha demostrado la crítica cristiana. En
efecto, el ateísmo deja la problemática del origen, del fin y del hombre sin
solucionar. A éste, le niega la Salvación y todos los bienes que proporciona la
creencia, pues su naturaleza se mejora con el vínculo con Dios (en la
esperanza, en la caridad, etcétera).
Pero, dejando constancia de que la razón es del
teísmo, hay también que pensar que el concepto de que la Filosofía es sierva de
la Teología (Dogmática) no ayuda, pues también sirve para subordinar el sentido
racional a tesis que no son aceptables (trinitarismo u otras). Por ello el
problema del conflicto de las facultades (Kant) sigue presente, debido a las
extralimitaciones de la fe.
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