miércoles, 11 de mayo de 2022

FRAGMENTOS FILOSÓFICOS, nº 176

 





FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 176:
LIBERTAD Y VERDAD

 

Por José Pablo Noriega de Lomas

   La Libertad tiene más sentido mientras las cosas no están claras. Con ello, aparecen distintas propuestas sobre las que hay que decidir. Si fueran transcendentales, ello no sería posible, pues la verdad se impondría a la conciencia.

   Consiguientemente, el individuo y la libertad de conciencia son un resultado de la aparición de discursos, o bien de la crítica a otros que no tienen aceptación universal. Ello supone que el discurso no se impone autoritativamente. Así, aparece el libre examen y la libertad de conciencia, pues no hay transcendentalidad; y con la libertad, la democracia. Y lo último, aunque la imposición tenga también sus razones, porque las nuevas ideas también la buscan . Esto, a su vez y de nuevo, corrobora que este régimen es la mejor solución. 

  No obstante, en la Democracia Consecuente la Libertad se expresará de otros modos: No habrá voluntad dogmática; y por tanto, la verdad será más asequible, al no haber tanto ruido comunicativo. Se ve, entonces, que las formas absolutistas estorban el acceso a la verdad, pues no pasan por la libertad y la deliberación, sino que usan mayormente la autoridad, por lo que niegan la aparición de la conciencia autónoma. 

   Por otra parte, como la libertad viene acompañada por la voluntad dogmática, debe nacer la democracia (inconsecuente). De lo contrario, se va al estado de naturaleza (guerra de todos contra todos), que no obstante se concreta, aunque mucho más débilmente, en los comportamientos. 

   Si se sustituye la voluntad dogmática por el diálogo y la misericordia dialógica, la Libertad sigue existiendo, y mejorada: como camino hacia la verdad, aunque no ya competitivamente, sino colaborativamente; y sin guerra por la opinión y sin sofística (que es manipulación y falta de respeto). Se busca, entonces, la verdad y no el convencimiento. Se reconoce la Libertad auténticamente, pues es la libertad que busca la verdad. Ella es la Libertad en la que pueden participar todos, por ser moralmente capaces; la libertad que ha eliminado los idola, que impiden llegar a la verdad. Y, por eso, la Democracia Consecuente lleva a nuevas verdades. 

   Así pues, la Libertad existe en cuanto hay Ideas que investigar para encontrar ordenamientos nuevos y mejores; y en cuanto afirma la capacidad moral de todos. Como consecuencia, la Democracia Consecuente sabe que el Proceso, el Progreso no se acaba (ello también porque los ve imperfectos históricamente, como resultado de que los ideales están mezclados con impurezas). 

   Concluyendo, la Democracia Consecuente es, según decimos, Democracia sin voluntad dogmática. Y así, con ella, nos encontramos de manera nueva con los ideales de Igualdad y Fraternidad, que aparecieron, con el proceso cristiano, en la Antigüedad. Pero es preciso saber que, cuando se logra la verdad transcentalmente, no es opinable el asunto, y, así, no tiene sentido la libertad en ello. Pero la verdad total nunca se alcanza; y por tanto, la Libertad no desaparece nunca, sino, que aparecen nuevas libertades y, asimismo, nuevos problemas. 

   Pero es igualmente evidente que la Ley no se extinguirá nunca, ni el ser humano será jamás impecable. Por ello, el modo natural de entender la Idea de Libertad, que ya se ofrece en el Génesis, es eterno. 

josepablonoriegadelomas@gmail.com

 


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