FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 161: SHESTOV.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Las creencias religiosas y morales que nacieron en la
Antigüedad (la fe en Dios y la caridad como amor al prójimo) se implantaron por
fe. Permanecen con nosotros con sus especificaciones desde entonces; y, aunque
la razón ha intentado alcanzarlas por sus caminos, no lo ha logrado porque la
filosofía no acierta a encontrar el conocimiento transcendental, cierto.
Por tanto, - tal como me enseñaron mis
compañeros protestantes de Círculo Teológico Manuel de León y Vital d' Andrés -
las tesis de Shestov que dice que Jerusalem inspira a Atenas (la Fe a la
Filosofía) parece verdadera. Y ello, aunque exista una precomprensión de la
existencia de Dios, como escribe el maestro Berciano.
Así pues, es la fe nacida en la Edad Antigua la
que todavía en nuestro tiempo nos conduce a afirmar la existencia del Señor y
la máxima moral de la Caridad o Amor ("amarás al prójimo como a ti
mismo").
La única negación actual de ello es la del
ateísmo contemporáneo (materialismo de la Ilustración, Feuerbach, Marx,
Freud...), que sigue intentando encontrar un ser humano sin Dios. Pero, según
hemos argumentado en otros lugares, ello es un antihumanismo; y, por tanto,
perjudicial. De lo que vuelve a resultar que la solución ideal es la creencia
antigua.
Como consecuencia, parece necesario abandonar
lo incorrecto de la Modernidad y regresar esencialmente al mensaje anterior, al
mensaje antiguo. Efectivamente, ya lo dijo el santo: "Nos has hecho para
Ti, y nuestro corazón permanece inquieto hasta que reposa en Ti".
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