domingo, 21 de junio de 2020

FRAGMENTOS FILOSÓFICOS XXXVII









FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 37:
 VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE.



Por José Pablo Noriega de Lomas

   El hombre, como toda la vida, experimenta el temor a la muerte. Éste se manifestó muchas veces con una representación terrible de la vida posterior. Tal es, por ejemplo, la creencia griega en el Hades, donde los muertos llevaban una existencia umbrátil y de olvido. Tal es también el caso de la representación del infierno como lugar horrible donde se expían las culpas por los pecados. 
   El miedo a la muerte es irrefrenable y universal, por lo que los seres humanos intentan una respuesta ante el hecho cierto de la extinción de la vida. La sociedad occidental contemporánea se ha enfrentado a ello de una forma históricamente nueva, pues el ateísmo han inaugurado la increencia escatológica. Pero la solución no es la natural por lo que ha de tener consecuencias antropológicas negativas.
   Así que parece necesario pensar que la mejor alternativa, la que está dirigida por nuestra ortología es la que diseña la Revelación y la Razón de la Religión del Amor. Esta consiste esencialmente en la afirmación de la existencia de un Dios Omnipotente y Santo, que nos ofrece la vida inmortal del alma, la Resurrección y el Reino. Ello es la respuesta que mejor se ajusta a nuestras necesidades, pues ofrece la felicidad. Es, entonces, la solución de Salvación que en Occidente ha pergeñado el cristianismo, mediante la Escatología intermedia (inmortalidad del alma) y la Escatología final (resurrección y Reino de Dios), la que más se adecúa a nuestra realidad. 

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