FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 32:
BIEN Y LIBERTAD.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Desde el
intelectualismo socrático se defiende que si conociéramos el bien lo haríamos.
Ello supone, al menos, una limitación de la libertad, pues en ese caso, la
voluntad se determinaría a hacerlo. Pero podemos argumentar que existen la ley
natural y la ley moral. Siguiendo a Santo Tomás de Aquino, la ley natural
ordena hacer el bien y evitar el mal. Siguiendo a Kant, el imperativo
categórico dice en su primera formulación que tenemos que actuar de tal manera
que la máxima de nuestra voluntad pueda servir para una legislación universal.
Como se ve, como leyes que son, formulan un deber para la conciencia ética.
Pero, según el argumento clásico, si se debe hacer algo es que se puede o no;
lo cual significa que somos libres.
Ahora bien, en los
dos casos está la idea de bien en el sentido de que manda. Pero se puede
comprender que lo que es el bien- aún afirmando la libertad - muchas veces es
difícil para la conciencia, de modo que se sabe después de haber obrado lo
malo. Así, el desconocimiento es lo que impide la rectitud moral.
En nuestro tiempo
vivimos particularmente estas inadecuaciones, pues abundan los códigos éticos
distintos, y lo que está bien o mal no está claro para la conciencia humana.
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