FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 148: VIRTUDES POLÍTICAS.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Nuestro ensayo "Democracia
Consecuente" tiene como presupuesto la existencia de la libertad, pero
también conlleva unos deberes en el ejercicio de la misericordia dialógica, en
la medida en que ésta pide la eliminación de la voluntad dogmática, y desborda
la mera tolerancia.
Pero una virtud define un deber para la
conciencia moral. Por ello, el diálogo que se debe abrir supone unos
imperativos que se pueden describir como una búsqueda sincera y desinteresada
de la verdad. Ésto significa un uso responsable de la libertad, que viene
ceñido por una renuncia a la voluntad dogmática y por una apertura a las
razones del otro.
No obstante, la virtud no lleva, obviamente, a
la búsqueda de consenso, sino al ejercicio de la razón en sus preguntas por la
verdad y la transcendentalidad del conocimiento político. Es, en este sentido,
como el intento de logro del asenso supone la igualdad racional humana (la
misma razón para todos).
Como consecuencia de lo dicho, se hace necesaria una
crítica de la simple tolerancia, que no busca la certeza (transcendentalidad),
sino que deja sin tocar las diferencias, dibujando el gobierno de la mayoría,
no el de la razón.
Para terminar, se puede afirmar que la
sofística es lastre para la democracia consecuente, pues porfía por las
creencias políticas, y por el convencimiento de ellas a los otros; mientras que
la razón es el mejor aliado para la democracia transcental.(Esta razón es la
que trabaja la Historia de la Filosofía Política de Oriente y de
Occidente).
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