FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 94:
LIBERTAD Y RELIGIÓN.
Hay sectores filosóficos de nuestro tiempo que
creen que librepensamiento y ateísmo están objetivamente unidos, por lo cual
conciben aquél como enemigo de las religiones constituidas. El enfrentamiento
en sus orígenes fue real, pues la obra de los librepensadores significó en la
Modernidad occidental una crítica real a las realidades religiosas de la época.
Pero en el siglo XIX se dan los primeros brotes
de ateísmo militante, y desde entonces hasta hoy las cosas han cambiado. Como no
somos de la opinión de que el pensamiento ateo sea el desenlace esencial de la
filosofía, no consideramos el núcleo deísta del librepensamiento como anticipo
de las formas ateas. Antes bien, lo creemos como una etapa necesaria en la
depuración de la religión, pero, obviamente, sin que ello signifique un
desarrollo ateo necesario de la filosofía.
Ahora bien, aunque el librepensamiento, en
cuanto crítica de los dogmas de todo tipo y en cuanto autentificación de la
razón es una necesidad en nuestros días, (como lo ha sido siempre: Por ejemplo,
en la Grecia de los presocráticos); ello no implica que las relaciones de la
Edad Moderna entre el mismo y religión tengan que ser reeditadas
Por el contrario, el centro de la filosofía
librepensadora - que incluye, junto a la libertad, la creencia en Dios- pide en
este tiempo su desenvolvimiento en armonía con la religión. Se colige,
entonces, fácilmente que el ejercicio real de la libertad de pensamiento no
debe hacerse en contra de las religiones, aunque sí en el camino histórico de construcción
de la racionalidad de lo religioso; tal como intentaron el librepensamiento
inglés (Collins, Toland...), el mismo Lessing y otros.
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