FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 101: INDIFERENTISMO.
Por José Pablo Noriega de Lomas
La conciencia atea de nuestra época maneja el
concepto de indeferentismo, que abarca tanto el ateísmo como el agnosticismo y
el deísmo.
Pero la realidad objetivamente no acepta tal
asimilación. Así, en lo que respecta al agnosticismo en esencia su idea no es
antirreligiosa sino neutral, por lo que no debe estar unida al ateísmo, que es
beligerante contra la religión (ya en sus defensores más conspicuos: Engels,
Nietzsche...)
En cuanto al deísmo, la pretensión de unirlo
con la increencia tiene menos razones todavía, porque, aunque su sentimiento
religioso es más débil, sin embargo, existe realmente. Además, filosóficamente,
objetivamente, se encuentra muy próximo a la Religión y muy lejos de las formas
ateas, como ya mostró Lessing.
Todo ello enseña que el concepto en cuestión es
oscuro, fenoménico, porque no penetra en la esencia de las cosas. En efecto, de
la Filosofía no se puede prescindir, y el tema de Dios es el centro y el punto
de apoyo en el que descansan las mejores teorías, por lo que en rigor no se
puede obviar.
En conclusión, es preferible que el lenguaje
deje de obnubilar la conciencia y de forzar la realidad, pues el
desarrollo natural de la razón no ampara la utilidad de la idea que
tratamos; y, por tanto, las políticas antirreligiosas y laicistas. Lo cual no
obsta para reconocer las insuficiencias de la Religión.
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