PERSECUCIÓN, PROPAGANDA Y LIBERTAD.
Por José Pablo Noriega de Lomas
La libertad de pensamiento ha costado. Desde la
persecución de las herejías medievales hasta la proclamación de la libertad de
conciencia por Lutero pasó un tiempo grande. Y, a pesar de ello, la represión
continuó. Es el caso de los deístas como Servet, Bruno o Ripoll que fueron
asesinados . O el caso de la persecución religiosa por parte del bando
republicano en España, así como la llevada a cabo por el régimen
filosóficamente materialista de la Unión Soviética, en el siglo pasado.
Pero el logro de la libertad de pensamiento en
nuestro días tiene algo de meramente formal, porque más que libertad de
expresión es libertad de elección (elegir entre unos u otros grandes
discursos,lo que también sirve para que el ruido de los medios sea suficiente
para aplacar las mentes).
Igualmente, puede verse el nivel de
librepensamiento en nuestro tiempo, observando que no hay pensamiento
independiente. Lo que decimos se constata cuando se analiza como el mundo de la
información está tomado por las grandes organizaciones (partidos, estado,
iglesias..),siendo fácilmente perceptible como lo que sale a la luz defiende
los intereses espirituales de estas instituciones que copan el mercado del
pensamiento. Así, jerárquicamente se controla todo, que para llegar tiene que
pasar los correspondientes filtros.
En conclusión, puede afirmarse que la libertad
de pensamiento es puramente formal y que lo que prevalece es la militancia
ideológica, filosófica y espiritual; y con ello la propaganda, no el
librepensamiento.
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