FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 118: DECISIONISMO.
Por José Pablo Noriega de Lomas
No se discute un teorema lógico, una ley física
o la composición de un aminoácido, porque aquí la ciencia ha conquistado la
verdad, que lleva como consecuencia el asentimiento sobre sus conocimientos.
Pero con la Filosofía no ocurre lo mismo, pues sí ello no fuera así se habría
logrado el saber que está en el camino seguro de la verdad.
Al contrario, las disciplinas filosóficas
registran escuelas y tendencias que no consiguen ponerse de acuerdo, porque no
han logrado el conocimiento apodíctico o transcendental. En efecto, si fuera
así no tendría sentido la discusión, sino la investigación y la
enseñanza.
Por ello, podemos preguntarnos por las razones
por las que unos sistemas filosóficos gozan del prestigio de la ciencia,
mientras que otros son desechados o postergados. Creemos que la respuesta se
halla en motivos pragmáticos, aunque pueda haber pensamiento con mayor o
menor consistencia.
En este sentido, una mejor posición práctica en
la consecución del apoyo de las instituciones financieras, políticas,
religiosas, o académicas podría ayudar al éxito de algunas escuelas
filosóficas, pues si alguna fuera verdadera se sabría, no requiriendo por ello
la praxis.
No negamos que se esté en camino, pero la
praxis nos parece un factor determinante. Valga como ejemplo, el caso del
florecimiento contemporáneo de la Escolástica, que con ser el sistema más
sofisticado, sin embargo si no fuera por su recalificación por el catolicismo
en el siglo XIX, probablemente no hubiera tenido la misma implantación (Encíclica
Aeterni Patris, León XIII, 1879).
En conclusión, el prestigio de que gozan
algunos autores y tendencias en Filosofía depende de decisiones externas a su
poder de verdad; decisiones que marcan la clave pragmática de su importancia,
la cual parece ser la más significativa.
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