FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 109: LIBERTAD DE
CONCIENCIA.
Por José Pablo Noriega de Lomas
La libertad de conciencia es una conquista
histórica que se gesta en la Edad Moderna (Lutero). Pero no puede definirse sin
la Idea de Verdad. En efecto, que hay libertad significa que la Verdad no está
clara. Supone también la Igualdad Racional, que implica que todos somos capaces
de buscar la Verdad por métodos racionales.
Por ello, la proclamación de la libertad de
conciencia conduce a un nuevo desarrollo de la Idea de Igualdad. Así es, pues
ello lleva consigo el que no deban existir instancias superiores que se puedan
abrogar el poder de la Verdad sin argumentación, es decir, autoritativamente.
Por otra parte, la búsqueda de la Verdad,
y la Igualdad Racional piden la autonomía de las personas, en la medida en que
por la Razón llegan por sí mismas y ellas mismas a la Verdad.
No obstante, de ello no se sigue que se llegue
ineluctablemente por el ejercicio de la facultad racional a la verdad total,
sino que la libertad de conciencia por sí misma acarrea que aquélla no es
transparente, de modo nos encontramos divididos en torno a sus determinaciones.
De ahí, la Idea de Tolerancia.
Y como la Tolerancia, en sí misma, no dirige a
la verdad, y no se puede caer en el relativismo, se hace espacio la virtud de
la Caridad Dialógica, como medio de búsqueda libre de la apodicticidad.
Como corolario, puede afirmarse que la libertad
de conciencia trae un incremento grande de la libertad individual, porque
gracias a ella dejamos de depender de instancias superiores de verdad, y la
buscamos autónomamente. No en vano, autonomía significa darse uno mismo la ley
(Kant).
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