FRAGMENTOS
FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 7:
FELICIDAD Y VIDA ETERNA.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Hay momentos en que muchos seres humanos
experimentan una plenitud que los hace felices. Pero, según Platón, el mundo de
la sensibilidad, el mundo de las cosas es una copia del mundo de las Ideas, de
modo que se constituye en un trasunto del mundo verdadero, del mundo de las
Ideas, del que es una imitación que figura el ámbito celestial de las Ideas.
Aplicando el símil al concepto de felicidad,
es posible ver que la mundana es también una anticipación de la verdadera
felicidad, que será la de la vida beatífica de la eternidad, donde la
contemplación de Dios será el principal motivo de una felicidad superlativa.
Por ello, nuestra felicidad mundana es imitación de la del cielo que, al igual
que las Ideas, es la verdadera.
De ahí, que las imágenes que estamos
ofreciendo sean también un argumento contra las filosofías que intentan negar
la existencia de Dios por la realidad del mal. Efectivamente, es una prueba de
la necesidad de la Creación la felicidad futura ( la que ya disfrutan los
santos, y nos aguarda), porque todo mal y todo sufrimiento aparecen como
justificados no por los momentos felices de esta vida, sino más bien por la
felicidad que otorga Dios en la vida venidera.
Ello es asimismo un motivo moral porque
esperar las alegrías de la vida eterna nos capacita en mayor medida para
soportar las penalidades y sufrimientos del mundo. Y también, a su vez, nos hace mejores
moralmente y más felices aquí abajo.
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