FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 89: PRIMEROS IMPERATIVOS.
Por José Pablo Noriega de Lomas
El Absoluto, por ser tal, por su mismo
concepto, debe determinar el primer deber. De no ser así, habría que pensar en
una realidad por encima de Él, por lo que entonces no sería el Absoluto.
Lógicamente, este primer imperativo, este primer deber es la Religión, que es
lo que la Tradición reconoce que primeramente se debe a Dios; y que comprende
la conducta y el pensamiento. Así ha sido establecido en nuestra historia
religiosa, que ordena el Amor a Dios sobre todas las cosas.
Ahora bien, si es deber, ello implica,
siguiendo la argumentación clásica, que somos libres. Y, en cuanto esta
Libertad viene determinada por nuestra relación con Dios, es la libertad
superlativa. Lo que, a su vez, implica que existe el Bien y el Mal
superlativos, consistiendo el bien en lo que se conoce como Amor a Dios, y el
mal, en su contradictorio, el Odio a Dios.
Pero si hay libertad para con el Absoluto, es
que la hay en otros órdenes menores. Y si hay libertad existen el bien y
el mal. Como vivimos en sociedad, el bien consiste en esto en hacer bien al
prójimo (lo que constituye el orden moral, que se compila como amor al prójimo
en la Tradición). A ello hay que añadir que la relación moral con aquél - por
lo dicho anteriormente - es también religiosa. Por tanto, el amor referido es
Amor en el Señor; lo cual significa que la Religión ciñe la Moral.
Esto es, en fin, lo que está dicho en los
mandamientos de Dios, que, como sabemos, se resumen - siguiendo obviamente la
inspiración biblíca- en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario