FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 81:
ABRAZO INMORTAL.
Tenemos querencia por el cuerpo, y por eso
desprenderse de él nos cuesta trabajo, y nos asusta. Así es el temor a lo que
será nuestra muerte. Como consecuencia, queremos la Resurrección de la carne.
Pero entre la muerte y la resurrección media un
tiempo, que sólo puede satisfacerse con la inmortalidad del alma - en la que ya
creían los antiguos filósofos griegos-, pues con ella se cumplen los humanos deseos de pervivencia personal.
Pero esta inmortalidad es más difícil de
imaginar que la Resurrección y la vida del Reino, porque somos espíritus en el
mundo. Por ello, para vencer el miedo, quizá sea conveniente imaginar que en el
momento en que el alma abandona el cuerpo, se dirige hacia el encuentro con
Dios, que la acoge en un abrazo.
Por tanto, para este caso, no se trata de pensar como
será la vida del alma en la inmortalidad, sino de creer en el abrazo, de
esperar el encuentro gozoso con el Absoluto; pues de Él procede la felicidad,
y, según escribió la Santa, "hasta que esta vida muera no se goza estando
viva" (Teresa de Ávila).
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