FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 66: DECONSTRUCCIÓN.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Desde su fundación muchos ven el marxismo como
la única posibilidad de formulación del ideal comunista. Pero aplicando el
método deconstruccionista (Derrida) se puede ver que ello no es así, aunque en
la Edad Contemporánea el marxismo haya sido la corriente dominante del
comunismo.
En efecto, comunismo y materialismo marxista no
están íntimamente unidos puesto que ha habido teorías comunistas que no son son
marxistas. Es decir, no existe ninguna necesidad de que comunismo y marxismo se
coimpliquen (si la conexión fuera necesaria su puesta en pie sería absurda o
carente de sentido).
Los ejemplos de ello son muchos, y se han dado
repetidamente en la Historia Occidental. Así, Platón defendió el ideal,
aplicado a las clases dirigentes; el cristianismo primitivo aplicó la comunidad
de bienes, según puede leerse en los Hechos de los Apóstoles; Tomás Moro lo
retoma en su Utopía; y en nuestro tiempo la Teología de la Liberación vuelve
sobre ello sobre bases esencialmente no materialistas. En conclusión, el comunismo
se ha teoriza do sobre bases no marxistas. Así que, según se expone, es
construible desde posiciones teístas, y así se ha hecho.
Como corolario, se puede asegurar que el
anticlericalismo no tiene fundamento teórico, como se creyó desde los inicios
del marxismo . Igualmente, es criticable la creencia de que materialismo y
liberación se corresponden. En efecto, la religión no aliena al ser humano,
sino que objetivamente le ayuda, con independencia de sus formas
positivas.
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