FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 22:
ETERNA BELLEZA.
Por José Pablo Noriega de Lomas
El conocimiento de la Suma Perfección en el
campo artístico despierta a la par el deseo de cantarlo y la obligación de
hacerlo. La obligación de cantarlo se traduce en la aparición del Nuevo Canon
Perenne, que en Occidente nace con el desarrollo del cristianismo. Es nuevo
porque aparece entonces por primera vez; y es perenne porque, en cuanto que es alabanza
y adoración del Absoluto, ha de ser eterno, aunque haya revestido diversas
formas desde su comienzo.
Pero la aparición de dicho canon no lleva
consigo la negación de la libertad artística, de la libertad de creación. La
Suma Perfección de por Sí llama a Su canto, pero el hecho de la libertad sigue
existiendo. Así lo atestigua la Historia del Arte (y ello, como señalamos,
aunque el conocimiento de la Perfección implique una obligación).
No obstante, cabe hablar de un buen uso de
la libertad y de un mal uso. El mal uso produce un arte que no alcanza
plenamente la expresión de la Belleza. Por el contrario, el bueno produce la
creación del canto con el Nuevo Canon Perenne, que se expresa como canto a la
Belleza de Dios; como canto que también es alabanza y adoración.
Por su parte, el Canon es transcendental, es
decir, absolutamente válido porque Dios es igualmente transcendental. Es por
ello por lo que la producción extracanónica es menos buena que la que sigue el
Canon, pues carece del Resplandor de esta.
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