FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 20:
LA VIDA DEL CIELO.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Hemos expuesto repetidamente que el ser
humano necesita de Dios, pues en Él encuentra su optimización; lo que significa
también que en Él encuentra la mayor felicidad de que es capaz en el mundo
presente. De otro lado, hemos visto que al final de la vida terrenal nos espera
la inmortalidad feliz.
Por tanto, si unimos estos dos cursos,
deducimos que esencialmente o de manera principal la felicidad de la vida
venidera ha de consistir en la contemplación del Absoluto, en cuanto Verdad,
Bien y Belleza.
En esta vida del cielo el alma, al estar
libre de las ataduras del cuerpo, tendrá la presencia del Creador sin los velos
que tiene en el mundo de aquí: la patencia de Dios será directa y transparente.
También, como corolario, puede asegurarse
que, puesto que el alma conoce a Dios mucho mejor en la vida eterna, la
felicidad del cielo es mayor que cualquiera que pueda lograrse en la tierra;
incluso aunque en la vida mortal se pueda llegar a la contemplación mística en
la unión del alma con el Señor, que de este modo es imagen de la unión que se
da en la vida imperecedera.
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