por Pablo Noriega
Una introducción según el autor
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El evolucionismo
El evolucionismo supone la primera escuela de la
Etnología como ciencia. El hecho de que la teoría evolucionista sea la
determinación que tome la reflexión sobre los pueblos primitivos en el
nacimiento de la Etnología no debe llevarnos a suponer éste sea un
epifenómeno de la teoría de la teoría de la evolución de las especies. Por el
contrario, es preciso tener en cuenta que las ideas evolucionistas se habían
ido haciendo camino durante el s. XVIII y la 1ª mitad del siglo XIX , habida
cuenta de que “la continuidad entre el evolucionismo biológico y cultural de
la década de 1.860 y la creación en 1760 en el progreso y la perfectibilidad
no tiene fisuras” (1).
De todas formas esta explicación no puede hacernos
olvidar la gran influencia que los métodos y las teorías de las Ciencias
Naturales tuvieron en la naciente ciencias , influencia con cristalizará en
dos direcciones; a saber: a) la posibilidad de determinar las “leyes del
pensamiento y la acción del hombre”(Tylor), al igual que en las Ciencias
Naturales las “leyes de la Naturaleza” y ello en la tradición del
positivismo; en palabras de Tylor: “la especie humana es una parte y una
parcela de la Historia de la Naturaleza. Nuestros pensamientos , nuestra
voluntad y nuestras acciones se ajustan a las leyes tan concretas como las
que determinan el movimiento de las olas, la combinación de los ácidos y de
las bases y el crecimiento de las plantas y de los animales” (2); y b) lo que
se ha venido a llamar la “la analogía organísmica” cuyo propósito sería
establecer taxonomía de las culturas pretendiendo que de la misma manera que
la clasificación de las especies vivientes aclara su orden evolutivo lo mismo
ocurriría en las sociedades humanas en las cuales las características
morfológicas aclararían el proceso y el orden de la evolución cultural.
De nuevo citamos a Tylor: “en lo que consiste esta
tarea puede ejemplificarse casi perfectamente comparando estos detalles de la
cultura con las especies vegetales y animales tan como las estudian los
naturalistas. Para el etnógrafo el arco y la flecha son como una especie… La
distribución geográfica de estas cosas y su transmisión de una región a otra
tienen que estudiarse como el naturalista estudia la geografía de sus
especies geográficas” (3). Los evolucionistas, una vez establecida la unidad
psíquica del hombre como especie, defendían la posibilidad (bajo el supuesto
de que todas las sociedades humanas en el curso de su desenvolvimiento
atraviesan los mismos estudios evolutivos) de conocer la Historia de todos
los pueblos y civilizaciones y organizar una periodificación ordenada en una
serie que iría de los más simple a lo más complejo. Con la intención de
cubrir estos objetivos emplearán fundamentalmente dos métodos: a) el método
comparativo por el cual instituciones, costumbres o rasgos culturales tomados
indistintamente se considerarán como elementos comparables que los sistemas
socioculturales vivientes que tendrían cierto grado de semejanza con las
culturas desaparecidas y estudiadas por la Prehistoria. Partiendo de éste
método y teniendo en cuenta que se creía que la simplicidad o complejización,
serían criterios de periodificación, se podría establecer el lugar que un rasgo
o una cultura determinados ocuparía en la serie evolutivo; b) los “los
survivals “: mediante ellos se suponía que había “procesos, costumbres,
opiniones etc. que la fuerza de la costumbre ha transportado a una situación
de la sociedad distinta de aquella en que tuvieron su hogar original, que de
este modo, se mantienen como pruebas y ejemplos de la antigua situación
cultural a partir de la cual ha evolucionado la nueva” (4). Son, pues, en
general estos presupuestos los que sustentan las grandes obras de los autores
evolucionistas algunos de las cuales pasamos a citar.
Bachofen trazó un esquema de la evolución de la
organización familiar que atravesaría los estudios de promiscuidad primitiva,
matriarcado y patriarcado correspondientes a cada una de ellas una
organización diferente de la vida cultural social que abarcaría la moral, la
organización de la propiedad y actividades productivas, las creencias y la
mitología. El esquema de Bachofen se encuentra lejos de ser una curiosidad
cultural puesto que sus posiciones, de una u otra manera, reaparecen con
frecuencia y son objeto de estudio y polémica bien con formas diferentes (5)
o bien prácticamente con el mismo esquema. Por su parte, H. Maine en “Aciant
Law” realizó un estudio de la evolución del Derecho. Frazer hizo lo mismo con
las religiones y Mc Lennan con los sistemas de parentesco. Pero el intento
más elaborado de trazar un esquema de la evolución es el que corresponde a
Lewis H. Morgan y apareció en “Anciant Society” en la que describe la
evolución de la cultura que fue dividida en tres grandes períodos
(salvajismo, barbarie y civilización) con su subperíodos medio, inferior y superior
y en donde aborda los aspecto sociales, económicos, familiares y religiosos.
Por fin, como última característica de la escuela evolucionista, remarcamos
la escasez de trabajos etnográficos sobre el terreno. Las fuentes de los
autores (con excepción de Morgan entre los iroqueses) eran exclusivamente
literarias y los criterios de verificación con respecto a ellas vendrían adscritos
por Tylor a la “prueba de la repetición” que consistiría en que “si dos
visitantes independientes coinciden en describir algún arte, rito o mito
análogo entre los pueblos que han visitado resultado dificil o imposible
atribuir esta coincidencia a algo accidental o fraude voluntario” (6). De
todas formas, y para acabar con este punto, se hace preciso señalar que si
bien el evolucionismo representó la corriente dominante dentro de la
Etnología de la 2ª mitad del s. XIX estuvo acompañada en este tiempo por la
corriente alemana que ofreció una vía alternativa a los postulados del
evolucionismo.
Así es que los T. Wartz, Bastian o Ratzel defienden
la necesidad de estudiar los “Naturvolker” a partir de otros planteamientos
que los del evolucionismo que exigían tener en cuenta tanto la historia como
las condiciones particulares en que se desenvuelven los pueblos estudiados.
Boas
El final del período evolucionista podemos situarlo
en 1.896 con la presentación del trabajo de Boas “The limitations of
Comparative Method in Antropology”. El trabajo de Boas representa la
transición de la Etnología del s. XIX a la del s. XX que estuvo marcada por
el cuestionamiento de todos los presupuestos en los que se basaba el
evolucionismo decimonónico. La de Boas fue una labor crítica que preparó el
camino para ulteriores desarrollos del pensamiento etnológico. En su obra, no
sistematizada y dispersa , se encuentran los embriones que desarrollarán las
escuelas etnológicas que le siguen. En primer lugar, Boas fue un crítico de
la antropología “de gabinete” e “hizo de la investigación etnológica de campo
la experiencia central y el atributo mínimo del estatus profesional” (M.
Harris). Esta insistencia viene acompañada de una defensa del método
inductivo que protegería a la Etnología de las abusivas generalizaciones
prematuras a las que no se podría acudir hasta que no se hubiesen recogido
los datos suficientes de las sociedades que se estudiaban aunque en su última
época habiera desechado la posibilidad de descubrir las leyes que expliquen
el desarrollo de las sociedades: Así es que hay que pensar que todos los
ingeniosos intentos de construir un gran sistema de la evolución de la
sociedad no tienen más que muy dudoso valor sino nos dan al mismo tiempo la
prueba de que los mismos fenómenos tienen que haber tenido siempre el mismo
origen Mientras esto no se haga la presunción tiene que ser siempre que el
desarrollo histórico puede haber tenido una gran variedad de caminos” (7).
Esta defensa del método inductivo viene acompañada de la crítica
correspondiente al método comparativo que como dijimos está presente desde
los comienzos de su carrera profesional: El hecho de que muchos rasgos
fundamentales de la cultura son universales, o por lo menos se dan en muchas
áreas aisladas , interpretando desde la suposición de que los mismo rasgos
deben haberse desarrollado siempre de las mismas causas nos llevarían a la
conclusión de que existe un gran sistema, de acuerdo con el cual se ha
desarrollado la Humanidad en todas partes; que todas las variaciones que se
presentan no son sino detalles menores en esta gran evolución uniforme. Es
evidente que la base lógica de esta teoría es la suposición de que los mismos
fenómenos se deben siempre a las misma causas.” (Boas,1896) (8) Por otra
parte Boas fue defensor de los estudios difusionistas que bajo su dirección
fueron realizados por sus discípulos. También F. Boas dio gran importancia a
la forma concreta en que cada sociedad organiza sus elementos culturales
teniendo en cuenta la necesidad de considerar a la sociedad como un todo lo
que la convierte en antecesor del funcionalismo que desarrollará Malinowiski
y el configuracionismo, además de preparar el camino que seguiría la escuela
de Cultura y Personalidad con sus proposiciones acerca de la necesidad de
estudiar la forma particular en que cada individuo vive su cultura y la
influencia de esta en la vida y diferencias individuales. “Los problemas de
la relación del individuo con su cultura, con la sociedad en cuyo seno vive ,
han recibido muy poca atención. Los datos antropológicos normales que nos
informan del comportamiento consuetudinario no nos dan las claves de la
reacción del individuo ante la cultura y nos facilitan la comprensión de la
influencia que este ejerce sobre él” (9) Por último también es interesante
relacionar a Boas con Levi-Struss.
Si para el evolucionismo las “leyes del pensamiento
y la acción humana” eran un principio del que se partía, para Boas “el
descubrimiento de estas es el principal objetivo de nuestra ciencia”, que
sería características determinadas biológica y psicológicamente que son
comunes a todas las culturas y aparecen en una multitud de formas según las
distintas culturas particulares en que se manifiestan. Así es que, con Boas
como puente entre los evolucionistas del s.XIX y las escuelas del s. XX, nos
encontramos a partir de la década del 20 con las siguientes corrientes en las
ciencias etnológicas.
Difusionismo
Tras las críticas por parte del particularismo
histórico (Boas, Lowis, Goldenweiser…) de los postulados evolucionistas del
desarrollo cultural nacieron los esquemas difusionistas para explicar este
desarrollo.
El difusionismo puede dividirse en tres diferentes
corrientes:
a) La escuela difusionista pan-egipcia de Elliot,
Smith y Perry que explicaba los rasgos culturales de todo el mundo a partir
de la difusión de una civilización egipcia que se había asentado a partir del
4.000 a. C. en el Valle del Nilo y, en corto período de tiempo había
inventado la cerámica, la cestería y la domesticación de animales. La difusión
habría sido consecuencia de los viajes comerciales de esta civilización ,
aunque muchas de estas culturas primitivas representan una regresión al
anterior estudio del “hombre natural”.
b) El “kulturkreiss”. La escuela austro-alemana de
Schmidt, Graebner y Frobenius pretendía explicar el desarrollo cultural a
partir de la difusión a partir de un número limitado del “Kulturkreiss”
(círculos culturales) . Esta tesis, fue acompañada de un riguroso intento
metodológico para establecer criterios que permitieran la justificación
etnográfica de sus teorías a partir del recurso a los complejos más que a los
elementos y a los “criterios de forma” y “criterios de cantidad” que
ampliaban la probabilidad estadística de la difusión.
c) El Difusionismo americano. Fueron principalmente
Wissler y Kroeber los principales creadores de métodos especiales de
reconstrucción histórica basados en la distribución geográfica y en el
concepto de zonas culturales. El concepto de zona cultural surgió al dar
unidad a extensiones geográficas que presentaban rasgos culturales comunes a
los pueblos que los habitaban. A partir del concepto de difusión según el cual
elementos e instituciones culturales se expandían en igualdad de condiciones
en todos los sentidos Wissler y Kroeber defendieron la posibilidad de
transformar el criterio geográfico en temporal creando el concepto área-era y
usaron el procedimiento de calcular la antigüedad a partir de la distancia de
los diferentes elementos con respecto a su distancia del foco o centro
cultural.
d) El Funionalismo. El funcionalismo significó para
la Etnología la inversión si no la práctica desaparición del problema histórico,
habida cuenta de que hasta quienes comprendan o describan con más exactitud
la naturaleza de los distintos fenómenos culturales, su función y su forma,
parece prematuro especular sobre los posibles orígenes y etapas”(10). Para el
funcionalismo no se trata de explicar los orígenes y la evolución de los
distintos rasgos culturales de las culturas mismas sino de mostrar como confluyen
en una sociedad determinada y como se integran en esta sociedad que es
considerada como un todo cuyas partes están interrelacionadas y dentro de la
cual cada una cumple una función.
El análisis funcional busca “la explicación de los
hechos antropológicos en todos los niveles de desarrollo, por su función, por
el papel que juegan dentro del sistema social de la cultura, por la manera de
estas unidos entre sí en el interior de este sistema y por la manera que este
sistema está unido al medio físico (11). Malinowski fue el primero que
defendió este planteamiento como vertebrante de la teoría etnológica y él es
el autor que es considerado como fundador de los estudios funcionalistas de
la cultura. Por otra parte en Malinowski, la base de la construcción teórica
está en su teoría de la necesidad.
Según ésta, la cultura es el medio que permite
satisfacer las necesidades individuales (“la cultura humana se basa
fundamentalmente en las necesidades biológicas del hombre”) y cada forma
cultural será definida en función de las necesidades que satisface.
Estas necesidades son de tres tipos: 1º) lo que
Malinownski llama “necesidades primarias”, tales como la necesidad de
alimento, reproducción, conservación, cuidados corporales; 2º las
“necesidades derivadas”, que son las distintivas del hombre con respecto a
los animales que llevan a las elaboraciones culturales: la necesidad de
renovación del aparato cultural que dará lugar a la economía, la necesidad de
“renovación del personal” que dan lugar a un sistema de educación, etc: 3º
las “necesidades integrativas y simbólicas” por las que el hombre satisface
la necesidad de expresar los sentimientos colectivos a las que responde el
sistema religioso, el arte, la magia, etc. Siguiendo el esquema de
Malinowski, las instituciones son consideradas como instrumentos a través de
los cuales se canalizan las respuestas que la sociedad dispone para la satisfacción
de las necesidades individuales, la institución en un grupo de personas
regidas por un “conjunto de normas” y con un “equipo material” que emprende
una acción instrumental para satisfacer las “necesidades individuales”.
Los estudios funcionalistas de Malinowski, al igual
que los de Radcliffe-Brown tienen sus antecedentes en la obra de Durkheim en
cuanto que defendía la necesidad de estudio holísticos de la sociedad y las
interrelaciones e integración de sus elementos por la vía de la solidaridad social.
Por otra parte, Durkeim defendió la necesidad de explicar los hechos sociales
con total independencia de las psicologías individuales; y en este sentido el
pensamiento de Radcliffe-Brown (no, evidentemente el de Malinowski) recogería
los postulados durkheimianos: “Deseo subrayar con la mayor insistencia que la
antropología social es una ciencia tan independiente de la Sicología como
esta lo es, a su vez de la fisiología o la química de la física; ni mas ni
menos. Esta posesión no es nueva en absoluto, Durkheim y la importante
escuela lAnné Sociologique han insistido en ella desde 1.895”. (12).
Radcliffe-Brown, a partir de la distinción
disciplinar entre etnología (que se ocuparía de la historia de las sociedades
primitivas) y antropología social (que tendría por objeto descubrir las leyes
fundamentales que operan en el desarrollo de la cultura”), establecería los
conceptos con los que operara esta ciencia.
Partiendo del concepto de estructura social que
“consiste en la distribución de las personas unas en relación con las otras”,
y que sobrevive a esta ordenación de las personas en roles y relaciones
institucionalizadas (“continuidad estructural”) se trataría de diseccionar la
estructura social en grupos sociales y clases para analizar su estructura interna.
Este concepto de estructura se distinguiría del de organización social porque
el campo de estudio de éste estaría delimitado por la “distribución de
actividades”, y del de “institución” en cuanto que una institución sería un
conjunto de “normas de comportamiento”.
Así pues, el funcionalismo inglés de Malinowski y
Radcliffe-Brown se caracteriza fundamentalmente por su interés en los
estudios sincrónicos de las sociedades consideradas como todos cuyas partes
están en relación mutua; pero para Radcliffe-Brown el descubrimiento de la
función y estructura de la sociedad estaría al servicio del propósito de
descubrir las “leyes o principios generales de cuya acción continua han
resultado las diferentes formas de sociedad, pasadas y presentes”, y, la
relación entre la Etnología y lo que él llama Antropología Social sería como
sigue: los “intentos de reconstruir la historia pertenecen más que nada a la
Etnología, pero como suponen ciertas leyes generales, depende de la
Antropología Social para la demostración o verificación de dichas leyes(13).
Cultura y Personalidad
La influencia de esta escuela en el pensamiento
etnológico americano se hizo importante a partir de 1.930 y comienza a
remitir en la década de los sesenta con la aparición de los estudios
etnosemánticos.
La orientación general de esta escuela se basa en el
intento de realizar el estudio cultural a partir de las relaciones existentes
entre la cultura y el individuo siguiendo las enseñanzas de F. Boas al
respecto.
Siguiendo los postulados del relativismo cultural,
acuñado por Boas y combinado con un difusionismo diluido nació la obra que es
el paradigma de los estudios de la escuela cultura y personalidad: “Patterns
of Culture” de Ruth Benedict. La orientación directriz es la de un
funcionalismo teleologista.
Para R. Benedict el rasgo fundamental de las
culturas es su tendencia a la consistencia a partir de la integración de las
conductas individuales y las instituciones que subordinan sus actividades a
una “motivación directriz”.
Por tanto una cultura no es una disposición de
elementos sin orden sino una disposición de estos integrándolos en
totalidades orientadas hacia un fin y, aunque R. Benedict reconozca que la
-“falta de integración de algunas culturas” puede ser “tan característica
como la extrema integración de otras- en “Patterns of Culture”, la
integración apolínea de los Zuñi o la dionísiaca de los Kwatkiult –reconoce que,
“a la larga las culturas con elemento no integrados tienden a organizarse
como totalidades integradas”. Por ello las culturas analizadas en la obra
citada “no son meros agrupamientos heterogéneos de actos y creencias.
Cada una de ellas tiene sus fines… marchan a lo
largo de caminos distintos en persecuención de fines distintos, y los fines y
medios de una sociedad no pueden ser juzgados en términos de los de otra
sociedad porque son inconmensurables”. (14)
Por el mismo tiempo de R. Benedict, M. Mead se
orientó hacia el estudio de la forma en que los individuos reciben su cultura
y su primer trabajo estuvo dedicando al estudio de la adolescencia de la
sociedad occidental, persiguiendo el objetivo boasiano de demostrar “el hecho
de que la naturaleza humana no es rígida ni inflexible” (Boas) y de que cada
cultura escoge algunos segmentos de las posibilidades que la naturaleza humana
le brinda, afirmación que, por otra parte, también está presente en la obra
de Ruth Benedict.
El siguiente libro de M- Mead, “Growing up in New
Guinea”, estuvo dedicando a los procesos mediante los que el pueblo de los
manus integraba a los niños en la sociedad adulta y el tercero de sus grandes
estudios psicoculturales investigó sobre el modo en que la cultura modela la
plasticidad del comportamiento sexual.
La introducción de la teoría freudiana en la escuela
de cultura y personalidad se convirtió en el eje que vertebró la teoría del
análisis psicocultural en las obras que van de Ralph Linton a A. Kardiner que
además incorporan al campo de sus estudios las variaciones individuales de la
personalidad en cultura determinada e introducen para ello los métodos
estadísticos.
Para R. Linton, que parte de la idea de que todas
las personalidades comparten un conjunto de características propias de la
cultura en que viven, se trataría de estudiar las variaciones de la
personalidad a partir del tipo estándar, la “personalidad modal”.
La obra de Kardiner llevó consigo una nueva
interpretación de las instituciones. Las formas en el que el niño es
socializado constituirían las “instituciones primarias”. Los tabús, religión
y las ideologías en general devivan de estas instituciones y se reflejan en
las “instituciones secundarias” que son las que acaban de moldear la
personalidad y las que “satisfacen las necesidades y mitigan las tensiones
creadas por las instituciones primarias”. A finales de los años 50 la escuela
derivará a posiciones más elaboradas, fundamentalmente en la obra de John
Whiting en la convergen varias líneas de desarrollo: la neofraudiana de
Kardiner, la teoría del aprendizaje via Hull y la estadística y el método
comparativo a través de las “Human Relations Area Files” de Murdock.
La escuela francesa (Durkheim y Lévi-Strauss)
La escuela francesa experimentó un desarrollo
independiente con respecto a la tradición anglo-americana y ha llevado sus
propias líneas de desarrollo a partir de Durkheim el cual, como hemos visto,
influyó también en el funcionalismo inglés.
Durkheim estableció como punto de partida para la
elaboración sociológica y etnológica, la autonomía de los hechos sociales con
respecto a la Psicología, presupuesto que permitiría fundamentar una
disciplina que tratará lo social como hecho específico y que permitiría abrir
una perspectiva teórica en que las manifestaciones superorgánicas se
explicaran a través de coordenadas cuyos términos permanecen en este mismo
nivel: “Las representaciones, las emociones y las tendencias colectivas son
causadas no por ciertos estados de las conciencias de los individuos sino por
las condiciones en las que se encuentra el grupo social en su totalidad. Por
supuesto tales nociones sólo pueden materializarse si las naturalezas
individuales son meramente el material indeterminado que el factor social
moldea y transforma” (15). Por estas razones el individuo podrá ser incorporado
a la ciencia de los hechos sociales en términos operatorios para ésta
ciencia. La siguiente cita, aunque es seguro que se encontrarían otras más
adecuadas, puede ilustrarnos esta pespecriva: “El individuo al asimilar los
ideales de la sociedad ha llegado a ser capaz de concebir el ideal. Es la
sociedad quien atrayéndolo a la esfera de la acción le ha hecho contraer la
necesidad de elevarse por encima del mundo de la experiencia.”
Lévi Strauss.
Su artículo publicado en 1.945 “Lanalyse Structurale
en linguistique et en Antropologid” marcó el comienzo de la gran influencia
de los métodos de la lingüística estructural en las ciencias humanas. El
postulado que basa el pensamiento de Lévi Strauss es la posibilidad de tratar
los hechos de la vida social como fenómenos de comunicación que pueden ser
descodificados: “¿Qué es pues la antropología social?. En mi opinión nadie
estuvo más cerca de definirla, aunque haya sido por omisión, que Ferdinand de
Saussere, cuando presentando a la lingüística como parte de una ciencia
todavía por nacer, le reserva el nombre de semiología y le atribuye como
objeto el estudio de los signos en el seno de la vida social… Concebimos pues
la antropología como ocupándose de buena fe de ese dominio de la semiología
que la lingüística ya no reivindica ya para sí” (16). La descodificación de
la vida social nos remitiría en la tradición durkheimiana la búsqueda de las
formas elementales a las estructuras inconscientes del espíritu humano. Estas
estructuras inconscientes- y aquí Levi Strauus rompe con la tradición de
Mircea Eliade y Jung- son formales. Los hechos sociales y culturales serían
su contenido manifiesto:” ...la actividad inconsciente del espíritu consiste
en imponer formas a un contenido y si estas formas son fundamentalmente las
mismas para todos los espíritus … es necesario y suficiente alcanzar la
estructura inconsciente subyacente a dada institución para obtener un
principio de interpretación válido para otras instituciones y otras
costumbres… (17)
Son estos principios los que en la tradición de
Mauss y Malowski de la ley de reciprocidad son aplicados en sus estudios
sobre el incesto. Levi Strauus la institución universal del incesto que es la
que marca el salto entre naturaleza y cultura -naturaleza que, por otra parte
es utilizada por la cultura metafóricamente para su organización .En el caso
del totemismo, es la regla del excelencia y por ello es la que instaura el
principio de la organización social más teniendo en cuenta que las
organizaciones sociales más elementales se encuentran absorbidas por en las
relaciones familiares que a partir del intercambio de mujeres y según sus
modos se podrán clasificar en “estructuras elementales de parentesco”.
El otro gran ámbito de la investigación de Lévi-Strauss
será el estudió de la mitología primitiva. En ellos defienda la necesidad de
entender los mitos como conjuntos de oposiciones binarias- al igual que las
“culinarias”- insertos en la estructura mítico y socioeconómica de cada
sociedad y cuya estructura vendría determinada por leyes “internas que rigen
las mentes” pero a la vez organizadoras de la experiencia de los pueblos a la
que corresponda:” el mito y la obra musical, son como directores de una
orquesta cuyo auditorio se convierte en intérprete silencioso.”
Los mitos, por fin, al ser trasladados de una
sociedad a otra cambiarían según leyes transformacionales para adaptarse a la
realidad de la sociedad adoptante.
Para finalizar con Levi Strauss diremos que se puede
acusar de hacer “cabalística” con cierta frecuencia, pero no psicologísmo o
mentalismo como hace Marvin Harris porque una vez descubiertas las supuestas
leyes del pensamiento o del espíritu humano están son tan superorgánicas como
lo puede ser la lengua, por ejemplo.
Pablo Noriega
(1) M. Harris “El desarrollo de la teoría
antropológica” ,pag 122
(2) Edgard B. Tylor: “La ciencia de la cultura” En
el nº 3 de la Biblioteca Anagrama de la Antropología; pág. 30
(3) E.B. Tylor. Op. cit.,
pág 39
(4) Idem, pág. 39
(5)Por ej. Sally Linton: La mujer recolectora:
sesgos machistas en Antropología”. Colección Anagrama de Antropología, nº
13,o Enric Fron “El complejo de Edipo y su mito”. En Ed. Península, Historia,
Ciencias y Sociedad, nº 57, pags.217-245
(6)Tylor,Cp. Cit. Pag 35
(7) M, Harris. Op. Cit., pag
197
(8)M. Harris: Op.
Cit.,pag.244-5
(9)Citado por M.Harris, Op.cit., pag. 244(10)La
Cultura (1.932).
(10)Malinowski. En Biblioteca Anagrama de
Antropología nº 3: pag. 89
(11)Malinowski citado por P. Mercier :Mª de la
Antropología Ed. Península. Historia, Cultura, Sociedad nº 41, pag. 132
(12) Radcliffe-Brown: “El Método de la Antropología
Social”, pags 37-8. Biblioteca Anagrama de Antropología, nº 4
(13) Op. cit., pág. 46
(14) 1 R. benedict: “patterns of Culture”. Pag. 192
Ed: Centro editor de Amarica Latina, 1.971
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lunes, 27 de mayo de 2019
El desarrollo de la Etnología
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