lunes, 31 de mayo de 2021

FRAGMENTOS FILOSÓFICOS, nº 81

 




FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 81: 
ABRAZO INMORTAL.

Por José Pablo Noriega de Lomas

   Tenemos querencia por el cuerpo, y por eso desprenderse de él nos cuesta trabajo, y nos asusta. Así es el temor a lo que será nuestra muerte. Como consecuencia, queremos la Resurrección de la carne.

   Pero entre la muerte y la resurrección media un tiempo, que sólo puede satisfacerse con la inmortalidad del alma - en la que ya creían los antiguos filósofos griegos-, pues con ella se cumplen los humanos deseos de pervivencia personal.

   Pero esta inmortalidad es más difícil de imaginar que la Resurrección y la vida del Reino, porque somos espíritus en el mundo. Por ello, para vencer el miedo, quizá sea conveniente imaginar que en el momento en que el alma abandona el cuerpo, se dirige hacia el encuentro con Dios, que la acoge en un abrazo.

  Por tanto, para este caso, no se trata de pensar como será la vida del alma en la inmortalidad, sino de creer en el abrazo, de esperar el encuentro gozoso con el Absoluto; pues de Él procede la felicidad, y, según escribió la Santa, "hasta que esta vida muera no se goza estando viva" (Teresa de Ávila). 


domingo, 30 de mayo de 2021

FRAGMENTOS FILOSÓFICOS, nº 80

 








FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 80: 
LA VERDAD EN HUMANIDADES.


 Por José Pablo Noriega de Lomas

   Sería absurdo que se pensara en cuestionar la verdad del Teorema de Tales, o la de un silogismo en Darii, pues tanto las Matemáticas como la Lógica han alcanzado el camino seguro de la verdad; y por tanto, no son opinables.

   Pero no ocurre lo mismo en el campo de las Humanidades. En efecto, estos saberes no han alcanzado la apodicticidad. Por ello, en la medida que es característica de la verdad el asenso que suscita, puede afirmarse que las llamadas ciencias humanas no la han alcanzado.

   Al contrario, estas disciplinas se encuentran divididas en diferentes formas o escuelas de pensamiento, de modo que lo que afirman unas se encuentra contradicho por lo que aseguran otras; pretendiendo todos la cientificidad de sus doctrinas. 

   Por eso, según hemos mostrado en otros lugares, estas formaciones tienen que acudir a medios distintos de la demostración para lograr el asentimiento a sus teorías (retórica, propaganda...), medios que son su pragmática.

   Por nuestra parte, hemos defendido que la verdad existe aunque todavía no se haya llegado a ella. Para alcanzarla hemos abogado por la argumentación racional, olvidando la obcecación que produce la voluntad dogmática. (Aquí se dibuja la misericordia como virtud dialógica).

viernes, 28 de mayo de 2021

FRAGMENTOS FILOSÓFICOS, nº 79

 




FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 79: 
ERRORES DEL ATEÍSMO.

Por José Pablo Noriega de Lomas

   Es conocida la pretensión del pensamiento ateo de criticar la religión, al considerar su contenido esencial como mitológico y, por ende, irracional. Para ello se apoyan en los puntos más débiles de las creencias religiosas en lo que toca a la racionalidad. 

   Pero el ateísmo equivoca el tema porque - al margen de que no aporta ni puede aportar ninguna demostración apodíctica de sus tesis- no distingue entre religión esencial y mitología. Así es, porque en lo atinente a lo sustancial y fundamental, la razón y la racionalidad están con la religión. Aquí nos referimos al núcleo esencial de las creencias religiosas, que son sobre todo la afirmación de la existencia de Dios y la de la Salvación personal, las cuales son tratadas desde la Teología Natural y la Escatología.

   Así pues, la defensa de dicha racionalidad esencial significa que la filosofía atea yerra al apuntarse la razón, que como vemos está del lado de la creencia de manera fundamental. Por ello, la posición que concibe la Religión como alienación - que es uno de los principales argumentos - es muy desacertada.

   No obstante, con nuestra defensa, no pretendemos que la Razón religiosa no necesite de un proceso de puesta al día que incluya la desmitologización de sus aspectos colaterales.

   En conclusión, no apostamos ni por el ateísmo ni por la letra de la religión actualmente constituida, sino más bien por una religión racional; por lo cual, el centro de gravedad de la irracionalidad lo situamos no en la Religión sino en sus detractores. 


viernes, 21 de mayo de 2021

FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. nº 78

 





FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 78:
 AUTONOMÍA ÉTICA.

Por José Pablo Noriega de Lomas

   Aunque hay sistemas éticos que trabajan desde la dependencia de Dios, han sido muchos los intentos de construir una ética sin Dios. Entre éstos han sobresalido el de Aristóteles y el de Kant (ética material y ética formal respectivamente, según la clasificación del propio Kant).

   Pero los intentos de construir desde la inmanencia tienen el problema de que la existencia del Absoluto altera los puntos de partida. Así es, porque, por un lado, desde el concepto de Bien hay que reconocer que Dios es el Bien por excelencia; con lo que todos los otros le están subordinados, por ser inferiores. Por otro, desde la idea de Deber, también aquí la existencia del Absoluto determina la organización del discurso, porque, por la misma definición de absoluto, el primer deber no puede ser otro que el que, de una u otra manera, se expresa como primer mandamiento en la tradición bíblica.

   Se ve, entonces, que el Señor es quien funda el bien y el deber, aunque la razón práctica pueda existir por su parte y llevar a Dios como postulado. (Así, el caso de Kant, quien en su obra de moral más importante, la Crítica de la Razón Práctica, lo hace de ese modo).

   Y, en el orden de cosas del discurso presente, puede afirmarse que, al encontrar el Sumo Bien como Dios y el Deber como primer mandamiento, la Moral está subalternada a la Religión, por lo que su fundamento más adecuado se halla en ésta.

   Como corolario, puede añadirse que la Religión no es una realidad subjetiva, prescindible, que no altera lo real. Al contrario, se encuentra en el mismo corazón de ello. 


jueves, 13 de mayo de 2021

FRAGMENTOS FILOSÓFICOS, nº 77

 





FRAGMENTOS FILOSOFICOS. FRAGMENTO 77: 
DESMITOLOGIZACIÓN.


Por José Pablo Noriega de Lomas

   Podría pensarse que en el desarrollo del protestantismo, que inició su andadura histórica con la reivindicación de la sola fe y la sola Escritura, y el orillamiento de la filosofía (la ramera razón decía Lutero, el padre de la Reforma), nacerían muchas formas mitológicas de la Religión.

  Pero ello no fue así. En efecto, aunque la filosofía no creció desde el suelo evangélico, no por eso dejaron de aparecer procesos y pensadores que ofrecieron la racionalización del cristianismo. Al contrario, en el mismo siglo XVI se pergeñó un proceso de racionalización de las creencias religiosas. 

   Tal es el caso de Servet y sus discípulos, los cuales formaron iglesias unitarias en Polonia y el centro de Europa, que se extendieron a Inglaterra y de allí pasaron a los Estados Unidos.  Tal es el caso en el siglo XX del gran teólogo Bultmann, que expresó el programa de la desmitologización, que sirvió en el proceso histórico de hacer una religión acorde con la razón.

   Por eso, en el protestantismo, a pesar de la poca atención que presta a la Filosofía, sin embargo se concede una gran importancia a la racionalidad, que sería mayor si los evangélicos se decidieran también a cultivar esta ciencia.