FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 70: ESPÍRITU.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Vivimos en una civilización que concede una
importancia al cuerpo excesiva. Así es que si alguien fallece se toma el cuerpo
como si fuera toda la persona (en las esquelas se dice así). O también, por
otro lado, se experimenta una exacerbación creciente de la sexualidad en los
últimos siglos (Foucault). Igualmente podemos ver que aumenta la obsesión por
la salud corporal en los últimos años.
Con ello se olvida que el ser humano tiene no
sólo cuerpo sino también alma. Y olvidándose del alma se descuida grandemente
su cultivo. Desde luego, la inmensa mayoría no somos capaces de la unión
mística como lo fueron los grandes (Algacel, Eckhart, Santa Teresa de Jesús...)
;ni en nuestros tiempos es pensable una ascética como la de antaño. Pero ello
no lleva consigo la licitud de lo que está haciendo la Modernidad ;y que
no sea conveniente el cultivo de las realidades anímicas y espirituales.
En este orden de cosas, es del todo pertinente
la puesta en valor de los placeres culturales (por ejemplo, los estéticos) ;y
muy principalmente la vuelta a la Religión. En este caso se trata de eliminar
la represión religiosa (Frankl) actual, que lógicamente perjudica la dinámica
psíquica del hombre, el cual está llamado a la relación con Dios por su misma
constitución psicosomática, según hemos visto en otros lugares.
En fin, pensamos que se hace necesaria
prescindir de la obsesión por el cuerpo e iniciar una vuelta al espíritu;
aunque pueda costar romper con muchas inercias de nuestra cultura, entre las
que está el estado de semiclandestinidad en el que vive la religión en muchas
ocasiones.
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