FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 49: EL DEISMO Y SERVET.
Por José Pablo Noriega de Lomas
La creencia en la unicidad de Dios se
desarrolla en el siglo XVII por la obra de los deístas ingleses (Cherbury,
Tindal...) y después es continuada en el continente en el XVIII(Voltaire,
Lessing...).
Como la consecuencia natural de la creencia en
Dios es amarlo y adorarlo en tanto que es la Perfección y el Amor, el deísmo
debería haberse desarrollado como religión, aunque no creyera en la Providencia
divina. Y así ocurrió, en cierta medida, con la transformación de la masonería
y su nuevo desarrollo, aunque de modo muy deficiente.
No obstante, se hace necesario resaltar en este
orden de cosas al español del XVI Miguel Servet como deísta, anterior a los
mencionados, con la doctrina del unitarismo. En efecto, en la medida en que
este español -que murió mártir en Ginebra- niega la divinidad de Jesús y, por
ende, la Trinidad es también deísta. Y deísta consecuente pues sí crea religión
verdadera en cuanto admite la adoración y el amor a Él.
Por ello, es natural que Servet sea considerado
el padre del unitarismo moderno, que se implantó en Europa Central, Reino Unido
y Estados Unidos, llegando hasta nuestro tiempo.
Por otra parte, de la confluencia entre deísmo
y unitarismo resultó que muchos ilustrados se pasaran a las iglesias unitarias,
dando lugar a un fecundo pensamiento en el unitarismo estadounidense del XIX.
Por su parte, aunque hubo deístas que
criticaron las religiones y la superstición, como Voltaire, el deísmo también
tuvo representantes que simpatizaron con todas las religiones monoteístas,
como, Lessing en Alemania.
En fin, hay una confluencia lógica y
consecuente desde la Edad Moderna entre las doctrinas deístas y las unitarias
para el advenimiento natural de una religión racional, aunque no quepa hablar
de una única iglesia (quizás salvando el caso de las obediencias
masónicas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario