FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 146: CONCURSO DIVINO.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Hay varios medios por los que es directamente
perceptible la presencia de Dios en el ser humano. Tenemos en primer lugar la
conciencia de los profetas. También, la de los místicos. Igualmente, la de los
reformadores religiosos. De modo semejante para el pueblo fiel existen formas
por las cuales se abre la gracia del Señor a los corazones. Así, los
sacramentos y la propia oración.
Pero todas estas maneras no constituyen las
únicas de la actuación del Absoluto en el mundo. En efecto, la Escolástica nos
enseña que Dios, como causa primera, también lo es de las causas segundas. Es
lo que la Escuela conoce como concurso divino, sin el que no sería posible la
casualidad segunda.
De cualquier modo, es en la corriente de la
conciencia en donde la mayoría de las veces no nos apercibimos de dicho
concurso, olvidando que opera en nuestra psique como una fuerza que mueve
primeramente su discurrir.
Evidentemente, estas acciones del Absoluto en
el mundo humano son experiencialmente inalcanzables para el alma atea, que
niega a Dios. También para algunas formas de deísmo que no creen en La
Providencia ni en el Concurso divino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario