FRAGMENTOS FILOSÓFICOS. FRAGMENTO 57: RAZÓN TRANSCENDENTAL.
Por José Pablo Noriega de Lomas
Históricamente la filosofía se ha construido
como razón que parte del mundo natural. Así, la ética aristotélica que tiene la
felicidad como fin de los agentes racionales; o bien las vías tomistas, que nacen de la realidad natural en aspectos diversos para demostrar la
existencia de Dios.
Pero existe otro camino, como el que ensayó
Anselmo de Canterbury en el argumento ontológico, que trabaja la razón
partiendo del Ser Supremo. Es decir, haciendo las cosas desde arriba,
constituyendo la argumentación desde el mismo Ser Absoluto.
Esta forma de laborar tiene grandes
posibilidades de desarrollo, en el esfuerzo histórico de la filosofía de
conseguir una razón transcendental (absolutamente cierta).
Así, por ejemplo, arrancando del Absoluto se
puede elaborar la Idea, central en la Teoría política, de Soberanía; pues si hay
Absoluto no puede ser concebida de otro modo que proviniendo de Él, al afirmar
que Él es el Soberano más alto. O bien: El Ente Absoluto, por su mismo
concepto, es también el Bien Absoluto (Bien, que lo es en todos los sentidos).
Y por ello, el primer imperativo que surge del uso moral de la razón, es decir,
el primer deber es el de la adoración.
En conclusión, nos parece conveniente a la
vista de la argumentación explorar las posibilidades de construir
filosóficamente desde arriba, desde el Absoluto, en la búsqueda histórica de un
conocimiento racional transcendental.
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